Thursday, December 30, 2004

Decisión

Había llegado el momento de decidir. El hombre se sentó calmadamente en la silla que encontró a su lado. Era de un cuero negro, y su tiesa superficie no lograba brindarle suficiente comodidad. Se levantó nuevamente y miró hacia abajo en dirección a sus lustrosos zapatos. Notó que la alfombra era similar a la del living de la casa de un amigo, donde había estado la noche anterior. Vio su rostro húmedo de traspiración reflejado en el empeine de su calzado italiano. Súbitamente, todo se había aclarado, las ideas devinieron en trasparentes en su mente, ya sabía que hacer; también sabía como hacerlo.

Miró a su alrededor y vio un espejo. Se paró frente a él buscando determinación. Suspiró profundamente y vació por completo sus pulmones. Por un momento, pareció mantenerse sin la más mínima señal de vida, hasta que sus fauces se hincharon para iniciar una nueva inspiración. Estaba nervioso, su frente goteaba, mojando su camisa a rallas.

Centró su mirada en la cómoda junto al espejo. Tomó de uno de sus cajones unas hojas y las leyó detalladamente. Asintió con la cabeza y se sentó una vez más en la silla de cuero azabache. Todo lo que había parecido en un momento claro y fácil se había vuelto brumoso y difuso.

Sus pensamientos se enturbiaron cada vez más; casi perdió el control. Nuevamente un suspiro, el tiempo se detuvo. Miró su reloj con gesto de resignación. Se sorprendió, -las ocho y media, dijo. Evidentemente, no podía dedicarle más tiempo. La partida era inminente, y antes de ella, el asunto debía quedar resuelto.

Esta vez, abrió el armario. Vio su nariz chorreando en el espejo interno de la puerta. Se apresuró hacia la cómoda, casi desesperado. Tomó un pañuelo y se secó la cara. Al guardarlo en el bolsillo, se encontró con algo húmedo y pegajoso. Frunció el ceño y dejó el pañuelo nuevamente en el último cajón.

Ahora decidido, se paró frente al armario abierto. No era una decisión fácil. Cerró los ojos y recordó las palabras de un sabio... Ojos que no ven, corazón que no siente. Extendió su mano, temeroso. La sacudió de un lado a otro, tratando de no espiar. Murmuró unas palabras.

El tatetí hizo decidir a Patricio Jáuregui por su saco azul, se lo puso por sobre los hombros, metió su mano en el bolsillo del pantalón para tomar el pañuelo que se había olvidado allí el día anterior, se secó nuevamente el rostro y, esperando haber tomado la decisión correcta partió hacia su trabajo con quince minutos de retraso.

Thursday, December 23, 2004

Supermercados y Almacenes

Lugares de compras, dirían los cien argentinos. Están equivocados. No son tan sólo lugares de compras. Gran parte de ellos ni siquiera surgieron como tales. Eran depósitos, parques, casas, baldíos. Ninguna porción de tierra tiene la etiqueta de su destinación. Se conjugará de acuerdo a los intereses futuros. Podrían ser tmb lugares de muchas cosas. Lugares de diversión. Lugares de entretenimiento. Aún así, si seguimos el criterio de los encuestados, siguen brindando acepciones incorrectas.
Quizás no sean incorrectas. Pero no cabe duda de que son inconvincentes. Las hay mejores. Más exactas, más concisas, más acotadas, más profundas, más acertadas... mejores. Hay veces que las complicaciones innecesarias se tornan necesarias, o hasta imprescindibles. Tan absolutamente requeridas son, que adquieren la valoración de esa bendita molécula, siempre venerada. Dos cosas iguales. Unidas xq sí. Bah, x los dipolos transitorios, o algo parecido; pero no viene al caso. Es una pena que no se pueda vivir sin ciertas cosas. Dependencia
Complicaciones y sufrimiento. Seguramente tmb dependemos de esas dos palabras cargadas de una significación tan negativa. Eso sí es triste. Hay veces en las que uno quiere pensar en nada. No dejar de pensar. Sino pensar en el vacío, en la ausencia de todo. Es un tanto volátil el pensar en eso, no cabe duda; pero tiene sus beneficios. Divisar un lindo paisaje a lo lejos. Una imagen armónica y agradable a los ojos. Quizás la playa, en ese momento del día que no es día, pero tmp es noche. Esos minutos que vienen dps de la puesta del sol, acompañados de colores casi imperceptibles; pero visibles.
Lugar extraño la playa. Más extraña es esa zona donde de la arena que baña el agua salada. La orilla. Perdón, la orilla es del río. La costa. No como región, como zona. Arena empapada de la consistencia de un mousse. Un mousse de chocolate, de dulce de leche. A lo mejor tmb de frutilla. De arena. Es ese lugar en donde los caracoles y almejas se van. Al rato vuelven. Naufragan, pero no se mueren. Bivalvos sin rumbo fijo, librados al oleaje. Esas olas que rompen en la ya mencionada costa pueden ser engañosas.
Al fin y al cabo son ondas, ondas que rompen. No sólo se rompen a ellas mismas. Rompen un orden vigente. Van y vienen. Cuando vienen las vemos traer arena en suspensión, pequeños caracolitos, algas. El tema es cuando se van. Todo el que se va lleva algo consigo. Hay que tener cuidado con las olas. Vos las ves (sin acento, xq es monosílabo... que curioso, ¿sílabo = loco?) escaparse de tus pies enterrados. Así como si nada. Palpate los bolsillos. Es obvio que vas a seguir teniendo tus monedas. Palpate la memoria ahora, esa sección del cerebro donde se guardan los recuerdos. Es probable que encuentres un agujero, una falta. Y las olas no van en cana.
Si a lo mejor te afanaron algo del pasado, sos de los afortunados. Más suerte tenés si se llevaron consigo algo feo y poco digno de ser recordado. Pero seamos sinceros... nadie tiene tanta suerte. Las más de las veces, logran escaparse con un cachito de tu presente. Con esa vista tan hermosa del horizonte, con tu sensación de frescura dada x las patas mojadas, o similar. El bardo se arma cuando te sacan un pedazo de futuro. Esa cosa indefinida que siempre está x venir, pero siempre se pierde y nunca termina de llegar. Te concentras en el sonido del rompimiento mientras perdés a un futuro hijo, o algunos minutos de vida.
Ahora la costa como región. Sin salir tmp del tema de la fluctuación. Mucha gente va a la costa. A Mar del Plata, a Pinamar, a San Clemente y demás. Flujo migratorio. En su mayoría temporal y recurrente. No cabe duda de que existe el dato exacto y preciso de la cantidad de gente que va x año y a donde va. Ese dato que tan poco nos importa, pero que tantas veces hemos escuchado, y otras tantas olvidado. No importa el flujo absoluto de gente que va de un lado a otro; lo crucial aquí es la composición cromosoidal de las células de cada individuo.
El tema es que la sociedad está compuesta así. Y así nos la tenemos que bancar. Existen, x desgracia, esas cosas que no deberían. Los señores que trabajan en el Indec, x decir algo. De que nos ayuda saber esas cosas, de nada. Pero la sociedad dice que tienen que estar ahí. Con el tiempo descubrís que tiene razón, que es cierto lo que dice. Imaginate que quedan sin laburo y los dejan de patitas en la calle. Situación hipotética.
Un día estás en el subte. En el andén, no importa de que estación. Digamos Loria. Mientras se abre la puerta y vos inclinas tu cuerpo hacia delante para meterte en el vagón, un flaco que está al lado tuyo te empieza a hablar. Resultó ser que tuviste la mala suerte de ligar un señor desocupado del Indec junto a vos, en el subte. Mientras ambos caminan hacia los asientos desocupados, el te sigue murmurando al oído: “Disculpe señor, pero ¿sabía Ud. que el 3% de los accidentes mortales ocurren en los andenes de los subterráneos?”. No, ni me interesa. A mí particularmente, me resultaría insoportable. Dejemos las cosas como están.
Decía... supermercados y almacenes. Más englobables (si existe tal vocablo) como ‘negocio de ramos generales’. “No quiero parecer molesto, pero quiero que Ud. sepa que el 78% de la población hace sus compras en hipermercados”. Definitivamente, los censores deben quedar donde están. Allí molestan un tanto menos. En realidad no habría xq ser tan crueles con ellos. Tmb son seres humanos. Cocinan tortillas un martes x la mañana, salen a pescar a la Costanera Norte los sábados a la tarde. Viven como nosotros; o al menos eso intentan. Rafael Obligado. Debe ser realmente horrendo nacer con deberes per se.
El prefijo super nos bombardea día a día en todos lados. Superman, Supermercado, Supermerka2, y demás palabras. Pilas para bailar. Pilas para gritar. Pilas para saltar. Debe ser un gran presupuesto, que pocos puedan bancar. Me intriga el hecho de xq Duracell eligió para su comercial a un conejo amanerado. ¿Tenía que ser rosa? Existe la posibilidad de que lo hayan sacado de Los Morancos. Pensándolo mejor no creo que lo hayan ‘sacado’ de ningún lado. Simplemente surgió.

Saturday, December 11, 2004

Oscuridad, ¿Exceso de luminosidad?

Sospecho que todos hemos experimentado las sensaciones que provienen de... simplemente estar bajo el acojo de la tan -quizás equivocadamente- aborrecida oscuridad. Más de una vez habremos estado despiertos de noche. O no de noche, a lo mejor de tarde, una tarde de invierno. Una de esas que siguen a un día lluvioso y nublado. El cielo cubierto de agua, de agua condensada. El sol, brilla x su ausencia, x más paradójico que parezca. Son las cinco menos cuarto y las luces de la calle ya están prendidas. La autopista iluminada por los altos reflectores; la plaza con reflejos de los redondos y pintorescos faroles; la calle, como mojada y el típico ruido de los cuatriciclos mordiendo la humedad del asfalto.
El invierno es... imprescindible, de eso no cabe duda. En realidad sí, en este mundo todo tiene cabida. "Acá son cuatro las estaciones -decía el taxista egipcio, y detallaba- Otoño, Primavera, Invierno e Infierno". Alguna vez estudiamos sobre los climas ecuatoriales, climas de tan solo dos estaciones. Nunca me gustó el invierno, es bastante detestable para mi gusto. De todos modos, hay cosas que no se eligen. Estaría bueno conocer a alguien que eligió su nombre, x ejemplo. Eso sí que no sería una decisión fácil de tomar... podría llevar años. Te llamarías "Sin Nombre" hasta los 30, 32 años, cuando finalmente alcances un grado de madurez tal que te permitiera seleccionar entre centenares de vocativos.
Lo importante de la elección del nombre es que no te podés equivocar. Sería catastrófico ponerte a vos mismo un nombre de mierda. "Hermenegilda" "¿¿Hermenegilda?? Se ve que te odiaban tus viejos". No, no tenés a quién inculpar de semejante sacrilegio. La única salida sería exiliarte. O quizás suicidarte. O más doloroso aún: bancartela y andar x la vida con un deneí que te da vergüenza mostrar; o una cédula que por razones obvias tenés escondida ni vos sabés donde. Por algo será que el mundo es como es y el nombre te lo ponen tus viejos. Es como lo único suyo que siempre preservarás.
Las enseñanzas, los modales, las buenas costumbres, los valores. Todo se pierde con el tiempo. El nombre es para siempre: bien lo decía Shakira. Es eso que te la identidad. El sentido de pertenecer, explicaba Ferrari. No es un simple adorno navideño del que acordarse todos los últimos ocho de cada año; sino más bien tu escencia, tu alma, tu... nombre. Pero el título del post no dice que nada sobre ningún nombre, así que hagásmole caso.
¿Acaso no estamos en el mundo simple y sencillamente para hacer caso y seguir órdenes? Jerarquía le llaman los mayores. Hay un alguien que conoce únicamente el modo imperativo. Es cierto que no sabe hacer nada, pero no lo necesita. Tiene a sus siervos, a sus seguidores. Cada palabra que dice es un mandato o una orden, o algún acto de habla parecido. Jamás se lo escucha decir "Te quiero mucho" ni "Uh, tengo frío"... solamente "Quereme vos tmb" o "Cerrá la ventana, che"
Ese ser, si es que es tal, está en la cima de la pirámide, como la constitución. De ahí, todo para abajo. Nosotros estaríamos en el segundo o tercer escalón, empezando desde abajo. Nuestro techo son la gente importante, los que de veras cambian el curso del mundo, ya sea para bien o para mal. Acá el bardo lo arma la constante ansia de autosuperación... esas ganas inmortales de seguir subiendo la interminable escalera. La torre de Babel, quizás.
Por suerte para algunos, y por desgracia para otros, tmb existen estos otros que descienden peldaños. Son los gangsters, los asesinos, los huérfanos... o la gente que simplemente perdió algo y fue a mayordomía. Yo una vez perdí un paraguas, un día de lluvia. Y me mojé. Verde y marrón; y escocés como el whisky. Tuve el numerito pegado unos cuantos meses, quizás un año. Después, un día, no estaba más. Llegué a quererlo mucho al papelito, pero x más esfuerzo que haga, no logro recordar que número era: frustrante.
La vida es sueño, o bella. Grosa obra. Luminosidad como hilos de verdad que surgen de entre la oscuridad. ¿Por qué no al revés? Hay veces que mucha luz es lo mismo que nada de ella. Nunca mires al sol con largavistas, me dijeron siempre, te podés quedar ciego. Vaya uno a saber si es cierto o si es como lo de los sapos que mean veneno. Yo por las dudas nunca miré, total de lejos se ve bastante bien.
Mucha mucha luz, x instantes. Oscuridad total, AL instante. Ceguera, no videncia. Como uds gusten. Debe ser feo, o quizás no. Supongo que nadie nunca le pregunto "¿Che, es feo ser ciego?" a alguno de los que manguea en el subte, o al señor que vende tres mentitas x un peso en Florida y Lavalle. Uno supone, es fácil suponer. Prejuzgar. No me acuerdo como era, pero Andus seguramente sí.
La oscuridad como simbología de lo malo... tema recurrente. Es algo inocuo. Dudo profundamente que venga Don o Doña Oscuridad y te ponga un cross de derecha. Es más dañina la claridad. No aclares que oscurece, dicen los que la tiene clara. Yendo a lo práctico. Una bombita se te puede caer en la jeta y clavársete todos los vidriecitos diminutos, hemorragia múltiple, al cajón. La oscuridad no se produce, está. Eso es lo interesante. A modo más amplio. Si no estuviera el sol, además de morirnos, nos moriríamos en las penumbras. ¿Que elemento cósmico tendría que dejar de existir para que no haya más oscuridad?

Friday, December 03, 2004

El infinito

Si hay algo que abunda en estos tiempos son las preguntas y las incertidumbres concernientes al infinito y sus respectivos familiares. ¿Se puede llegar al infinito? ¿Y más allá?. Bien decía el Señor Buzz Light Year (era así?) que sí. En sus ratos libres, el personaje se daba una vuelta para ver si andaba todo en orden. Preguntaba por los vecinos: el infinito punto rojo (zona al límite de la legalidad), el infinito punto blanco (similar al Monte Athos) y el infinito punto multicolor (cuna de Fito Paez), entre otros.
Sueños sobre el infinito y sus mágicos poderes y habilidades tampoco escasean. Sí, yo una vez soñé que me caía mucho y dps era todo lindo; dicen los chicos. El paraíso, el infinito... quién sabe? Hay cosas extrañas, de eso no cabe duda. La medianera, las baldosas flojas, las antenas, los cajones. El infinito es todavía más extraño. Aún más, surge de entre lo extraño. Es como un hilo de claridad que luego de una ardua lucha logra salir de entre las sombras, exhausto.
Todavía más estrafalario es el hecho de que no exista un sinónimo a esa palabra. Infinito es, indudablemente, infinito. La repetición indefinida de la palabra puede llegar a generar risa; y hay quienes dicen que si se la repite infinitas veces, se descifra el significado de la vida. Habría que hacer el intento. Supongo que una carcajada rondando la vez mil nos detendría. No cabe duda de que la descomposición de la palabra es también algo simpático. ¿In-finito = grueso? Finito... ¿Cómo algo tan serio y tan abstractamente profundo puede tener algo asemejable a un diminutivo que lleva indefectiblemente al retorcimiento de las vísceras?
Todavía peor y más estresante es el concepto matemático del término. Un puto ocho muerto, tirado por ahí. Alan decía que se tiro a dormir, y nunca nadie lo despertó. O quizás quise que lo dijera, pero me suena que fue así. Si hablás con un capo de los números te va a decir que es la cinta de no se qué, que no tiene ni principio ni fin y que está retorcida y que vista desde un ángulo de treinta y tres grados, siete minutos y quince segundos y medio, se ve como un ocho acostado, pero que en realidad es todo mentira.
Si en cambio contactás a algún cartonero que ande x ahí seguramente se quedará un rato mirando. Te va a convidar un trago del uvita fiesta y dps de seguir analizando la figura dirá "No, uachín, pasa q ese ocho no se recató y se tomó todo viteh" Todo depende del punto de vista. Alan también podría decir que es un cero acostado, con cinturón. Opinar no cuesta nada... y parecería que por decir boludeces te pagaran, pero hasta ahora yo no encontré ningún eventual comprador.
Volviendo a los 33° 7' 15,5''. Siempre odié que los grados se midieran como si fuera tiempo. El tiempo es tiempo, dijo González. En una de esas fue falta de originalidad, plagio, o un intento de derribar el orden establecido; últimamente, de esos sobran. Rebeliones, revueltas, revoluciones: parecería un mundo ideal para Lu. Quizás las cosas cambien y vivamos todos sometidos a un gran amo, pictorizado mediante la figura de un perro, o de un dragón. Quizás nunca podamos vivir en un clima de Paz y Mutua Tolerancia; esperemos que sí.
Otro dilema: el infinito más uno. O el infinito menos uno. Ni hablar de elevar 2 a la menos infinito. Aaah, pero eso sale por derivadas. Claro, para ella será fácil, con sus rulos. Un constante deseo de preguntar y una insaciable sed de conocimiento hacen a un buen científico. Pero un exceso de cualquiera de las dos -sobre todo de la primera-, forman a una retrasada mental que puede terminar en las aulas del colegio. Lo que asusta todavía más: del otro lado del estrado.